La Paz, 15 de enero de 2018 (gobernacionlapaz.gob.bo).-Con 600 hectáreas cultivadas de: quinua, alfalfa y pasto, cada una con 200 Has, el departamento de La Paz ingresa a la producción agropecuaria a escala, proceso que avanza desde 2017 e involucra a miles de productores en el árido altiplano.
El director del Servicio Departamental Agropecuario SEDAG, Edwin Mamani informó que esta innovadora producción está radicada en los municipios: San Pedro de Curahuara (quinua, provincia Villarroel), Chacarilla (alfalfa perenne, Villarroel) y San Andrés de Machaca (pasto perenne, Ingavi).
“Este trabajo visionario involucra a miles de productores, que están en proceso de consolidación de sus organizaciones productivas, porque ahora viene otra fase: la cosecha y luego la transformación y distribución de toda la producción, dijo Mamani.
En la comunidad de Jalsuri, la quinua cultivada tiene una altura promedio de 60 centímetros, y son 200 hectáreas. Para abril y mayo de este año, está prevista la cosecha y estamos organizando ese proceso, junto con los productores, recalcó Mamani.
En Chacarilla hemos plantado 200 hectáreas de alfalfa, que es un alimento básico para ganado, ovino, vacuno y camélido. Los cultivos están creciendo y tenemos prevista la cosecha para 2019, con tres cortes anuales, porque este cultivo es perenne (permanente), agregó la autoridad.
Mamani explicó que en las comunidades Jerusalén y Chiji Pukara (San Andrés de Machaca, Ingavi) se sembraron 200 hectáreas de pasto, alimento diario para el ganado y también allí se cosechará el año 2019, y con tres cortes al año por ser un cultivo igualmente perenne.
Mamani resaltó que este proceso de cultivo a escala es una materialización de la propuesta del gobernador Félix Patzi quien, en reiteradas oportunidades, en idioma nativo y en castellano, convocó a los productores a unir esfuerzos y voluntades para que la producción no sea “de minifundio o de surcofundio”.
A partir de 2017, el SEDAG comenzó el “roturado” a apertura de surcos de la tierra para la siembra de quinua, alfalfa y cebada, tarea realizada en esfuerzo conjunto entre la Gobernación y las familias de productores de las mencionadas zonas.
Mamani adelantó que la intención inicial es que la producción obtenida sirva para la seguridad y soberanía alimentaria. “La quinua es alimento básico para fortalecer nuestro organismo y ahora tendremos ese grano de oro en cantidades”, recalcó.
En general, por las características geográficas de las zonas cultivadas, procesos culturales poco explicados y el demorado saneamiento y titulación de tierras, el altiplano se ha convertido en zona de producción agropecuaria, minúscula y de subsistencia.